PARTO Y LACTOGENESIS EN BOVINOS
El parto abarca diferentes procesos fisiológicos y
anatómicos por los cuales el útero expulsa los productos de la concepción al
final de la gestación, cuando ha tenido un desarrollo normal. Se distingue del
aborto, en el cual, también, por medio de procesos fisiológicos, el animal
expulsa los fetos contenidos en el útero pero antes de tiempo y sin posibilidad
que sean viables. La expulsión de la placenta es, asimismo, parte del parto, y
es el evento que lo culmina.
El parto tiene tres componentes: la madre (contracciones), el feto y el canal del parto.
Un parto normal ocurre cuando las contracciones son suficientes para expulsar a un feto normal y correctamente presentado a través de un canal pélvico de dimensiones adecuadas.
Aumento de diámetro de canal pelvico
3. Expulsión de la placenta: este proceso debe
ocurrir en un período no mayor de 12 horas.
MECANISMO
ENDOCRINO
EXPULSIÓN DEL FETO
En esta fase el feto es expulsado del ambiente intrauterino al exterior. El alantocorion se rompe y se
observa la salida de fluidos por la vulva, acontecimiento popularmente conocido como “romper fuente”.
Esta fase se debe a dos tipos de presión:
2. Expulsión del feto: este evento comienza con la ruptura del amnios y el alantoides y culmina con la expulsión del feto.
Las
contracciones uterinas son las que concretan el parto y
resultan en la expulsión del feto. La habilidad del músculo de contraerse
depende del potencial de la membrana de las células musculares lisas y de la
habilidad de estas células de comunicarse. Una hipótesis unificadora, que
explica el comienzo del parto, implica un cambio espontáneo en la secreción de
estrógenos y progesterona al final de la gestación. De acuerdo con esto, la
actividad del miometrio uterino está influenciada por la producción placentaria
de estas hormonas.
La
hormona relaxina es un polipéptido cuya composición presenta una gran variación
entre especies. Se produce en el cuerpo lúteo (CL), aunque puede producirse en
varios otros tejidos. Su acción principal es provocar el relajamiento de la
sínfisis púbica, aunque también actúa relajando los ligamentos pélvicos y, en
algunas especies como la cerda, también en el cérvix, miometrio y glándula
mamaria.
Las
prostaglandinas juegan un papel importante, tanto en el inicio del proceso como
en el control de las contracciones miometriales. Los niveles de oxitocina se
mantienen bajos hasta que la cabeza fetal emerge por la vulva y cuando las
membranas fetales son expulsadas. Por lo tanto, es posible que la oxitocina
tenga un rol menor en el inicio de las contracciones uterinas. La principal
liberación de esta hormona ocurre por la estimulación de receptores sensitivos
en la vagina anterior y el cérvix.
EXPULSIÓN DE MEMBRANAS FETALES E INVOLUCIÓN UTERINA
Las contracciones abdominales cesan casi por completo y sólo se mantienen contracciones miometriales, necesarias para la expulsión de la placenta.
En las especies polítocas, como la cerda y la perra, las membranas fetales siguen o acompañan a los productos en su salida.
Muchas especies domésticas, excepto la equina, ingieren la placenta casi inmediatamente a su expulsión.
Este periodo de involución del útero de estado grávido al pregravido depende, entre otros factores, del tipo de placentación de cada especie.
Así, en especies con placentas de tipo cotiledonario (rumiantes)el periodo de involución uterina es de alrededor de 4 a 5 semanas; en contraste, en las especies con placentación de tipo difuso, este periodo dura entre 2 y 3 semanas.
La
lactancia es el proceso por el cual la madre entrega nutrientes, inmunidad (en
grados variables) y componentes regulatorios del crecimiento al recién nacido.
Leche es el término colectivo para esta forma de nutrición, esencial para la
sobrevivencia del mamífero recién nacido.
Por otro lado, la lactancia es la fase del proceso reproductivo más
demandante metabólicamente por la gran cantidad de nutrientes que se requieren
para satisfacer las necesidades de mantención y crecimiento del neonato.
La lactogénesis es la modificación de la glándula mamaria que permite el inicio de la lactación, de forma que el ternero tiene garantizada su nutrición temprana en cualquier época del año.
La lactogénesis incluye la transformación de un epitelio no secretor, en la vaca seca, en un epitelio secretor.
ETAPAS DE LA LACTOGÉNESIS1. Estadio I o calostrogénesis: antes del parto, la síntesis y secreción de leche es muy limitada. Este estadio coincide con la secreción del calostro y con el momento de la absorción de las inmunoglobulinas desde la sangre materna.
Dicha fase puede variar mucho entre las diferentes especies; por ejemplo en rumiantes puede comenzar hasta tres meses antes del parto. La síntesis de lactosa, en cambio, no comenzará hasta el estadio II.
2. Estadio II: en este momento la leche ya posee todos sus componentes y la secreción es cuantiosa. En la vaca esta fase comienza en torno a los 4 o 5 días tras el parto.
La
transición entre la secreción de calostro a leche normal es progresiva. A los 4
o 5 días después del parto la composición de la secreción láctea ya difiere
bastante de la del calostro de las primeras 24 horas. Además, la concentración
de inmunoglobulinas desciende de manera importante a partir de las 24 horas y
este descenso continúa hasta que su concentración se hace prácticamente nula en
la leche.
El calostro es la primera secreción líquida producida por la glándula mamaria inmediatamente después del parto. Se trata de un fluido denso y de color amarillento cuya eyección puede comenzar durante el parto, e incluso antes, y su producción continúa algunos días después.
Los niveles de progesterona de la vaca marcan el inicio de la secreción del calostro en un principio y de la leche posteriormente.
La concentración de esta hormona desciende en el momento del parto, hecho que estimula el comienzo de la lactación.
Pero la progesterona no es el único estímulo, existen otras sustancias y hormonas que también activan la lactogénesis como son la prolactina, los glucocorticoides o el lactógeno placentario. Cuando se inicia la lactación la glándula mamaria adquiere la capacidad de absorber de la sangre elevadas cantidades de sustancias.
La
transferencia de inmunidad pasiva de la madre al ternero a través del calostro
no solo es importante para reducir la mortalidad y morbilidad de las crías
(Rischen, 1981; Boland et al., 1995; Robinson et al., 1998), sino que además
posee efectos muy positivos a largo plazo en la salud y en la futura producción
del ternero.
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